Ataques terroristas en París darán tribuna a la ultraderecha en Francia
Le Pen y probablemente Sarkozy se medirían en segunda vuelta en 2017.
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Las atrocidades del 13 de noviembre en París tendrán un impacto duradero en la política francesa. La Economist Intelligence Unit espera que el actual período de unidad nacional sea de corta duración. Los partidos políticos de Francia competirán agresivamente en el nuevo terreno de la seguridad nacional. Esta es una mala noticia para el gobernante Partido Socialista (PS), que tiene menos credibilidad en los temas de seguridad nacional que los partidos de derecha. El nuevo escenario político es terreno fértil para el ultraderechista Frente Nacional (FN), que establecerá el tono para buena parte del debate político en el período proyectado.
Es muy poco probable que el FN gane las elecciones presidenciales en 2017, pero arrastrará al principal partido de oposición, les Républicains, más hacia la derecha. Esperamos que les Républicains gane (con un retorno a la presidencia de Nicolas Sarkozy como una posibilidad real).
Esto tendrá implicancias significativas para la política doméstica y externa, y también impactará en las posiciones de la Unión Europea sobre la seguridad, migración y el libre movimiento de personas.
Las consecuencias inmediatas de los ataques en París han sido un duelo colectivo y una demostración de unidad nacional. La campaña para las próximas elecciones regionales (que se realizarán el 6 y 13 de diciembre) fue suspendida, y el presidente François Hollande se reunió con figuras clave de todo el espectro político. Se realizó una sesión especial con ambas cámaras del Parlamento el lunes. El interés del presidente es mantener esta sensación de unidad nacional por el mayor tiempo posible, mientras se posiciona en una posición dominante como jefe de Estado. Hollande ha sido capaz de mostrar mano firme con un conjunto claro de acciones asertivas, incluyendo la declaración de un estado de emergencia prolongado, lanzando ataques aéreos a objetivos del Estado Islámico en Siria y ejerciendo mayor control de las fronteras de Francia.
Rebote (pasajero) en encuestas
Es probable que Hollande se beneficie de un impulso temporal en su popularidad como resultado de su respuesta a los ataques. Él experimentó un alza en su apoyo después de su manejo del ataque a Charlie Hebdo en enero; su predecesor, Sarkozy, se benefició de su manejo de una serie de ataques de un terrorista solitario en marzo de 2012. Desafortunadamente para Hollande, en base a la evidencia previa, es poco probable que el alza en el apoyo sea sostenible. Esperamos que el presidente enfrente una caída a largo plazo en su popularidad, a medida que el miedo y la inseguridad dominan el sentimiento colectivo.
El mayor peso alrededor de la cabeza de Hollande en los primeros tres años de la presidencia ha sido el frágil estado de la economía, especialmente la obstinadamente alta tasa de desempleo. El PS ha enfrentado dramáticas derrotas en cada elección desde 2012. El FN ha crecido firmemente en popularidad bajo su carismática líder, Marine Le Pen, mientras que la derecha convencional está resurgiendo tras el regreso de Sarkozy como su líder y su cambio de nombre a les Républicains. El PS ya enfrentaba una paliza en las elecciones regionales de diciembre. Sin embargo, la economía está empezando lentamente a mostrar señales de crecimiento y recuperación, dejando una pequeña luz de esperanza a Hollande de que podría ser capaz de mejorar las cosas antes de las elecciones presidenciales y legislativas de 2017. Es probable que los eventos de la semana pasada hayan borrado esa esperanza.
En el corto plazo, las elecciones regionales podrían verse poco afectadas. El rebote probable en la popularidad del gobierno se desvanecerá, y es poco probable que pequeños cambios en la popularidad entre diferentes partidos alteren mucho los resultados dentro de regiones individuales. El FN podría sentirse más confiado de ganar en sus bastiones, pero cualquier incremento en la participación de los votos es poco probable que se traduzca en victorias inesperadas. En el largo plazo, el nuevo escenario político parece muy difícil para el PS; pensamos que es poco probable que cualquier candidato socialista logre pasar a la segunda vuelta en la elección presidencial de 2017.
Nuevo escenario favorece a la derecha
Una elección basada en la economía favorecerá al partido gobernante si a la economía le está yendo bien, y al partido opositor si la economía está complicada. A su vez, una elección basada en temas de inseguridad, crimen e inmigración siempre favorecerá a la derecha o ultraderecha. En la elección presidencial de 2002, que se realizó tras los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos, el primer ministro socialista fue eliminado en primera vuelta, desplazado por el candidato de ultraderecha, pese a una economía relativamente boyante. El sentimiento será mucho más fuerte esta vez, con dos ataques en Francia en menos de un año.
Es probable que la agenda de los próximos dos años esté dominada por los temas preferidos del FN, dándole al partido un lugar más prominente en el debate político. En el largo plazo, el FN se verá favorecido por los eventos recientes. A su vez, el PS ya es culpado por no tomar las medidas suficientes tras los ataques de enero para evitar otro incidente terrorista. Sin importar su respuesta actual, el PS luchará por reasegurar a la opinión pública que es el mejor partido para manejar la crisis terrorista.
Pese a que se beneficiará por estos eventos, una victoria del FN en las elecciones presidenciales de 2017 parece improbable todavía. Es probable que Le Pen consolide su posición como la favorita en la primera vuelta, ubicándose junto al candidato de les Républicains a expensas del contendor del PS. Sin embargo, una victoria en segunda vuelta será difícil de conseguir.
Es poco probable que se repita la victoria aplastante de Jacques Chirac sobre el padre de Le Pen, Jean-Marie Le Pen, en 2002, pero el candidato de les Républicains podría esperar una victoria cómoda frente a Le Pen en la segunda vuelta.
No está claro a quien seleccionará les Républicains como su candidato para la presidencia, aunque es altamente probable que sea Sarkozy o Alain Juppé. El segundo es el candidato más moderado: tiene un mayor atractivo fuera del partido, especialmente con los votantes del centro, y su enfoque reaseguraría a los votantes a los que les preocupa el FN. Sarkozy es percibido como más populista y ha sido agresivo en su búsqueda del voto del FN.
Esperamos que el nuevo escenario político favorezca a Sarkozy, quien ya ha sido asertivo en atacar al gobierno en temas de seguridad. En respuesta a los ataques, prometió una línea dura que incluye encarcelar a cualquiera que vuelva después de combatir en el extranjero, deportar a los predicadores considerados extremistas y seguir electrónicamente a las 11.500 personas que son consideradas extremistas. Está intentando mostrarse a sí mismo como un líder duro en el tema que dominará la agenda política en el próximo ciclo eleccionario.
Este enfoque continuará cambiando el centro de la gravedad política en Francia. Las posiciones del FN –antes consideradas un tabú político- se han vuelto crecientemente convencionales en años recientes. Esperamos que esta trayectoria continúe.